Sólo un cuento...
Érase una vez una mujer soltera que se llamaba Solterona y tenía tres hijas de 30, 20 y 15 años. Cada hija era de un padre distinto ya que cada uno abandonó a Solterona cuando supo que ésta se había quedado embarazada. Las tres hijas eran muy distintas. A la hija mayor, que se llamaba Fiestona, le gustaba salir a la discoteca y llevaba una vida poco sana porque creía que tenía que probarlo todo, el alcohol, las drogas o no dormir por muchos días seguidos. Cuando era pequeña era una belleza, sin embargo se volvió fea porque no se cuidaba y sólo le importaba pasarlo bien. Solterona no sabía qué hacer con Fiestona y decidió cuidar mejor a sus otras dos hijas. Soledad, la hija de 20, era muy hermética y prefería encerrarse en su cuarto para leer y filosofar sobre el mundo. En cuanto fue creciendo se convirtió en una mujer muy inteligente y ambiciosa. Quería llegar a ser una escritora famosa. La hija menor, Manzanita, era una personita muy madura para su edad y se identificaba mucho con la naturaleza. Le encantaba dar largos paseos por los bosques y sabía que la naturaleza era muy importante para los seres humanos. Tenía miedo de que los humanos pudieran convertir la tierra en un mar de edificios sin árboles, ni ríos, ni sol. También sufría mucho con la situación familiar ya que veía que Fiestona cada vez empeoraba y Soledad sólo pensaba en ella misma y ni la miraba. Pero su madre Solterona le daba más pena que sus hermanas porque todo lo que Solterona quería, era una familia unida y feliz y eso nunca lo tuvo. Trabajaba muy duro porque Fiestona ni pensaba en ganar su propio dinero, y Soledad se devoraba los libros que su madre tenía que comprar.
Un día Manzanita estaba caminando por el bosque y se quedó mirando un manzano especialmente bonito. Recién había pensado en cómo podía solucionar los problemas de su familia y del mundo, (porque ella era muy optimista...) cuando el árbol se convirtió en una mujer muy bella con 3 manzanas en la mano. Manzanita se quedó muy asombrada y boquiabierta.
"Hola Manzanita", dijo la mujer. "Yo soy la hija de Naturaleza, que está muy preocupada por el mundo. Estaba escuchando tus pensamientos y veo que tú lo estás también. Cuando yo nací, Naturaleza me dió el poder de hablar tres veces con un ser humano y darle un deseo a cada uno. Ya que tú eres la única después de mucho tiempo que de verdad se preocupa por el mundo y la naturaleza te doy los 3 deseos a tí, esperando que los vayas a usar bien y con mucho cuidado. No podrás pedir milagros, no podrás volver atrás todo el daño que la humanidad hizo hasta ahora... tienen que ser deseos que no se noten a primera vista." Le pasó las 3 manzanas y siguió: “Cada vez que te comas una de estas manzana tienes que pensar en tu deseo y haré todo lo posible para hacerlo realidad.". Cuando Manzanita cogió las manzanas la mujer volvió a convertirse en un árbol que se movía levemente en la brisa. Manzanita se puso muy triste porque todavía le quería preguntar tantas cosas a la hija de Naturaleza. No tenía idea de cómo salvar al mundo.
Volvió a su casa y se puso a pensar y pensar y pensar por 3 días y 3 noches seguidas. Como todos los seres humanos, no podía dejar de pensar en sus propios problemas también, sobre todo cuando Fiestona entró a su cuarto borrachísima y se quedó llorando a causa de su maldita vida.
Después del tercer día se comió la primera manzana deseando con todas su fuerzas que Soledad utilizara su inteligencia para encontrar una solución genial contra el cambio climático.
Después de algunos años Soledad terminó su libro que la había cambiado completamente. Era un libro técnico y filosófico pero escrito de manera que todo el mundo lo podía comprender. Manzanita sabía que era tiempo para comerse la segunda manzana y deseó que el libro de Soledad llegara a ser el más exitoso del siglo 21. Pasó como ella lo había deseado: el libro se tradujo a 100 idiomas distintos, todo el mundo lo leía y las personas miraban a su alrededor y veían que había otros problemas que la crema ideal para las arrugas o el coche más rápido y grande. La gente se había vuelto más conciente de los problemas del planeta.
Incluso Fiestona ya no se preocupaba tanto por su nuevo vestido para la siguiente fiesta; el libro también la había cambiado.
Soledad estaba muy contenta porque había llegado a ser la escritora más exitosa de su tiempo.
Manzanita ya no tenía que preocuparse tanto como antes ya que era optimista y creía que por fin la gente iba a respetar la naturaleza.
Pero, ¿qué hizo con su último deseo? Te lo pasó a tí :)
Y colorín colorado, este cuento se ha acabado.
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¡Me gusta mucha tu cuento Antonieta! Fue un placer de leerlo y tu imaginación es muy buena, a tu manera, te refieres a los problemas actuales.
ResponderEliminarGracias por tu comentario :) me gusta mucho escribir pero no encuentro el tiempo para hacerlo... cuando era más jóven siempre quería ser escribir novelas y tengo una o dos empezadas, pero nunca las terminé... Tal vez después de la Universidad tenga más tiempo.
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