Durante el verano de 2004, fui a México, a Puerta Vallarta, en la costa oeste del país. Pasé ahí dos semanas. He visitado la región donde estaba. Hice muchas excursiones en la selva ecuatorial: he visto especies de animal que no estamos acostumbrados a ver en nuestro país como arañas venenosas o peces de colores que me parecían muy exóticos, delfines en libertad,… Fui a nadar con estos peces y también con delfines, es una de las cosas que me ha encantado más, porque no es como si estuvieran en un parque acuático, sabes que los peces son libres y esto te da otra sensación me parece, te gusta más.
En la selva ecuatorial, he aprendido como sobrevivir durante algunos días, cuales son las plantas que puedes comer y que cuando cortas las ramas de un cierto árbol te da agua. He aprendido a hacer el guacamole de manera tradicional, con piedras para aplastar los ingredientes. Asimismo, las costumbres típicas de los pequeños pueblos que fui a visitar y de la bondad de los habitantes, sus sonrisas, su amabilidad.
En uno de estos pequeños pueblos fui a visitar una escuela, la infraestructura no es la mejor para aprender, hay poco material. También fui a visitar un cementerio, fue un poco raro, pero el guía me dijo que durante el entierro, las personas cantan, hacen fiestas y llevan vestidos de colores, porque para ellos el difunto no muere, sino que va a otra vida.
Durante estas excursiones había observado que los edificios eran los mismos pero que solo los colores cambian. La explicación es la siguiente: cada edificio esta pintado de blanco con líneas de colores diferentes, pero no me acuerdo bien de qué color estaba asociado a qué edificio. Las casas están siempre pintadas en blanco a causa del calor.
Hay que saber también, que en verano es la estación de las lluvias, así que cada mañana llovía, y a veces llovía a cantaros. Había también muchas tormentas. Pero después de las diez, se acababa la lluvia y el sol aparecía para todo el resto del día. Las temperaturas eran muy elevadas, entre 40 y 50 grados.
De este viaje tengo una anécdota muy propia: cada día iba a la playa y a nadar, fui una vez en la mañana, y me pico por una raya (un pez llano que vive en el fondo del mar), me inyecto un veneno en la pierna, así que no podía mover la pierna ni sentirla. Fui al medico porque el veneno podía desarrollarse en todo mi cuerpo. Por suerte, era un veneno llano, el medico me puso varias inyecciones y tuve que mantener mi pierna en agua muy caliente durante minutos, que me parecieron una eternidad. Después de esta aventura no podía ir al mar, porque tenia una herida y con la sal no estaba bien.
Así que de este viaje tengo solo buenos recuerdos, incluso este pequeño incidente porque fue inofensivo. Sobre todo los paisajes, la gente muy simpática y agradable, las excursiones con las personas con las cuales fui,… Recomiendo este tipo de viaje a todos.
martes, 30 de marzo de 2010
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JAJAJAJA buena anecdota. Un excelente consejo es el que dio la amiga, al llegar al centro de la ciudad en autobús puede ser lento, pero si te relajas y no vas con prisas, disfrutarás de las vistas. El metro en cambio es rápido y fácil de utilizar. Con un mapa y teniendo claro dónde quieres ir, en unos minutos estarás en tu destino. De todas maneras, en la página de la RATP encontrarás cómo hacer tu propio itinerario y te indicarán qué es más rápido.
ResponderEliminarFuente: vacation packages to the galapagos islands